
Las personas que realizan este tipo de conductas lo hacen
para tener poder sobren los demás. Los agreden físicamente, los insultan y
amenazan, así logran que los niños tengan baja autoestima y sean controlados
por ellos. En la mayoría de los casos las víctimas sufren en silencio por el
miedo a que no les crean sus semejantes.
El maltrato intimidatorio
le hace sentir dolor, angustia y miedo, hasta tal punto que, en algunos casos,
puede llevarle a consecuencias devastadoras como el suicidio.
Los expertos señalan
que el Bullying implica tres componentes clave:
1. Un desequilibrio
de poder entre el acosador y la víctima. Este desequilibrio puede ser real o
sólo percibido por la víctima.
2. La agresión se
lleva a cabo por un acosador o un grupo que intentan dañar a la víctima de un
modo intencionado.
3. Existe un
comportamiento agresivo hacia una misma víctima, que se produce de forma
reiterada.
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